domingo, 1 de marzo de 2015

Belegar, Martillo de Hierro / Belegar, Ironhammer

El legado que ha heredado Belegar Martillo de Hierro es de odio y resentimiento. Es el líder del Clan Angrund y el descendiente directo el Rey Lunn, el último Enano que gobernó Karak-Ocho-Picos antes de su caída. Mientras los grandes salones de su estirpe, una fortaleza que solo le iba a la zaga a Karaz-a-Karak en términos de riqueza y prestigio, eran saqueados, los vástagos del antiguo rey se han afamado en otros lugares, despojados de su hogar y de su honor. Muchos herederos de Angrund han tratado de reclamar su antigua gloria y vengar los agravios infligidos sobre su clan. Pese a los años transcurridos y lo desesperado de la causa, cuando Belegar cumplió la mayoría de edad, juró solemnemente recuperar toda su heredad.

Desde entonces Belegar ha dedicado su vida a recobrar Karak-Ocho-Picos. Tras tres intentos fallidos y varias décadas invertidas en reunir a los viejos clanes y ganarse el apoyo de otras fortalezas, Belegar lideró un ejército que se adentró en el valle y capturó la ciudadela central. Se proclamó Rey y acantonó tropas en las ruinas de las antiguas estructuras majestuosas de Karak-Ocho-Picos para fortificar su posición. Allí sigue, desafiante y bajo un asedio continuo. Desde este bastión remoto, los Enanos lanzan incursiones a las profundidades con la intención de quebrantar los ejércitos aparentemente ilimitados de sus oponentes y recuperar los salones inferiores o hallar tesoros perdidos.
En Karak-Ocho-Picos, los Enanos han de enfrentarse a sus archienemigos: los Orcos y Goblins y los Skavens. Estos enemigos ancestrales están bajo el mando de los más depravados de sus respectivas razas, pues el Kaudillo de los Goblins es el mismísimo Skarsnik, que se hace llamar Señor de los Ocho Picos y el infame Señor de la Guerra Queek, el Coleccionista de Cabezas es el líder de los Skavens. Sólo Belegar ha sido capaz de medir su astucia a la de estos adversarios y ha frustrado cada uno de sus complots y planes maléficos.


Belegar se ha convertido en un maestro de la guerra subterránea. Sus órdenes han llevado a destruir sondas enemigas, a desbaratar emboscadas y bloquear rutas de infiltración. Pero Belegar no se conforma con sentarse detrás de sus fortificaciones y muchas veces ha encabezado el asalto a los salones de sus antepasados. Allí, de entre los rütos quebrados de las tumbas de sus ancestros tomó Belegar el pedazo de roca con runas inscritas que le sirve como Piedra del Juramento. Entre los Enanos se dice que su destreza con las armas sólo es superada por la del Rey Matador y que, si es necesario, Belegar puede invocar los poderes vengativos de sus ancestros. Pero pese a todas sus victorias, Belegar sigue resentido y jura que algún día reclamará todo Karak-Ocho-Picos para los suyos.









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